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Mostrando entradas de diciembre, 2019

El huevo

La porosa superficie empezó a resquebrajarse: el huevo se estaba abriendo. La doctora Elizabeth Challenger recordaba como si fuera ayer el día en el habían encontrado el cadáver del pájaro. Cinco años atrás, ella y su equipo habían llegado a una pequeña y remota isla del Pacífico. Su viaje había sido financiado gracias a un proyecto que buscaba estudiar y catalogar la fauna de Micronesia. Cuando llegaron a la isla, Elizabeth se sorprendió al comprobar su estado. Poco tenía que ver aquel lugar, con sus plantaciones y su pequeña y destartalada ciudad, con el recóndito paraíso tropical que sugerían las fotografías e informes consultados. Los lugareños les contaron que el turismo había empezado a llegar también hasta aquel apartado rincón del mundo, y habían aplicado la lección darwiniana de adaptarse o morir. Más desolador para la científica fue descubrir que muchas de las ricas zonas selváticas de la isla, donde se suponía que debían llevar a cabo su trabajo, habían sido sustituidas

La primera noche en el museo

Daban las diez de la noche. Pese a lo tarde que era, el museo había cerrado hace poco y los últimos trabajadores acababan de irse. La exposición sobre unas valiosísimas piedras preciosas encontradas por unos exploradores en el siglo XIX solo podría visitarse durante unos pocos días, y como resultado dicha exposición estaba siendo todo un éxito. Solo quedaban en el museo los dos vigilantes del turno de noche. - Escucha, novato. A veces, la primera noche en… “¿Novato? ¿En serio? ¿Yo?”, pensó el más joven de los dos. “Además, ¿quién habla así? “Novato”. Increíble… “. Centrado como estaba en su indignación, no se había dado cuenta de que el mayor seguía hablando y de que no le estaba escuchando. - Perdón, me he despistado. - Céntrate, coño, novato. ¿Quieres hacer caso? Te decía que, a veces, la primera noche en el museo puede asustar un poco. No me mires así, novato, te lo digo en serio. No sería la primera vez que pasa. Hay ruidos, hay sombras extrañas… Todo eso es no

Todo es culpa de Rocío Dúrcal

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- ¡Hu-hi! ¡Hu-ha!... - Dios, otra vez no… - … yo tengo un diplodooocus que acabo de cazaaar. - ¿Qué coño es eso? - Una canción estúpida de la Dúrcal. - ¡Hu-hi! ¡¡Hu-Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! - ¡¡¡QUE TE CALLES YA, JODER!!! Durante unos segundos se hizo el silencio en el interior del coche. Todo el mundo parecía incómodo. - ¡Si te vienes conmigo te llevo a pasear! De un brusco volantazo, Marcos apartó el coche de la carretera y lo aparcó en la cuneta. A continuación se dio la vuelta hecho un basilisco. - ¿En serio, Alberto? ¡¿EN SERIO?! ¡Estamos atravesando unos bosques alemanes de la leche! ¡Y en vez de estar calladito y disfrutar del paisaje, te pones a dar el coñazo con tus memeces de dinosaurios, y a ponerme de los nervios mientras conduzco con la puñetera canción del diplodotus! ¡¡Estoy harto de esa canción!! - La canción del diplodocus. Di-plo-do-cus, no diplodotus. Diplodocus , del Jurásico superior de Norteamérica. Más de 30 metros de